Atienza

Atienza

Encaramado en la cima de una colina con vistas impresionantes, el pueblo tiene varias iglesias antiguas y edificios medievales, así como el castillo. Forma parte de la leyenda del Cid, y se le cita por haber comentado la fuerza de su posición al pasar al exilio en uno de sus momentos menos gloriosos.

El castillo de Atienza ha existido de una forma u otra desde que los íberos dominaron la Península y se puede ver desde muchos kilómetros de distancia. De pie bajo sus escarpadas murallas, es fácil imaginarse bajo las murallas de una gran ciudad como Troya.

El castillo fue construido por los árabes entre los siglos XI y XII.

El Cid lo consideró demasiado fuerte para atacar y no fue hasta que el rey Alfonso VI tomó Toledo que el castillo se rindió al dominio cristiano.

En el siglo XV Atienza fue escenario de varias batallas entre los reinos rivales de Navarra y Castilla.

El castillo contaba con un prestigioso huésped, el duque de Calabria, que fue invitado a alojarse allí, tanto si lo deseaba como si no, por el monarca católico Fernando.

El castillo sufrió durante la invasión napoleónica y durante la Guerra Civil española.

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