Un elenco de estrellas como Vanessa Redgrave, Katherine Hepburn e Irene Papas descendió sobre tranquila Atienza, a 80 millas de Madrid, para recrear una tragedia trojana.
Katherine Hepburn alquiló una casa frente a la iglesia de San Salvador, conocida como El Chalet, aunque, curiosamente, fue el único miembro del reparto que se quedó en el pueblo, recorriéndolo en bicicleta; el resto se alojó en la cercana ciudad medieval de Sigüenza.
Hepburn vivió allí con un joven mayordomo uniformado, disfrutando de los dos pisos y el jardín de la casa.
En nuestra visita a Atienza tuvimos la suerte de que Julián, el actual propietario, nos invitó a entrar en la casa. Mientras sus hijos jugaban en el jardín, él señaló que la mitad inferior de la casa era como había sido cuando Hepburn vivía allí, aunque la mitad superior había sido reformada.
También conocimos a José María, que como la mayoría de los habitantes de su edad era un figurante en la película. Su papel consistía en sostener una lanza encima de la muralla de Troya.
La mayor parte del rodaje en el pueblo de Atienza se realizó alrededor de las murallas del casco antiguo, y en la fuente conocida como ‘Fuente de San Gil’. La fuente se puede ver en las primeras escenas cuando las mujeres troyanas son sacadas de la ciudad, lo que se ve sobre todo desde el exterior como una serie de murallas en ruinas.
Después de unos cinco minutos de película, con mujeres y niños siendo llevados a la esclavitud y cosas peores, conseguimos lo que en realidad es la única vista completa del castillo en rojos espléndidos y humeantes de la puesta del sol, y vemos qué maravilloso punto de referencia es en medio de las interminables llanuras de Castilla, que de hecho están lejos del mar y de los barcos griegos, que nunca vemos pero de los que recibimos muchas noticias, en su mayoría llevadas por Brian Blessed.