Aunque ambientado en El Cairo, este thriller de Agatha Christie fue rodado en Madrid y en Cádiz, donde se filmaron las breves escenas del puerto, y protagonizado por Tony Randall, Edward Woodward y Stephanie Zimbalist.
Por un poco de autenticidad egipcia, los productores estaban encantados de descubrir que Gran Bretaña no era el único imperio que había ‘tomado prestados’ tesoros arquitectónicos de Oriente Medio.
Se hizo uso del Templo de Debod, un antiguo templo egipcio que fue reconstruido en el Parque de Rosales de Madrid, cerca del palacio real, y abierto al público en 1972. Es aquí donde Stephanie va en busca de pistas después de salir de la estación de policía, en compañía de unos camellos igualmente auténticos.
La villa de Edward Woodward, donde Anita es asesinada y donde Woodward encuentra por fin su fin y Stephanie encuentra el hombre del traje marrón, es Viñuelas.