En otro giro de coincidencia (¿o no?) esta fortaleza es conocida localmente como la torre de Doña Urraca, cuyo homónimo fue la malvada hermana Urraca en la versión cinematográfica de El Cid, aunque aparentemente no tan mala en la vida real.
El nombre de Urraca (según la leyenda) se debe a que ella fue emparedada dentro de una muralla (un castigo medieval pintoresco) después de negarse a casarse con el Príncipe de León, debido a un enamoramiento con un pastor de la zona.
Es en este castillo donde aparece una fuerza mora que arrastra a 100 doncellas, cumpliendo su parte de un tratado firmado; un tratado roto por Fernán, que consigue cambiar a las doncellas por sus soldados, demostrando que los moros estaban recibiendo lo que se merecían mientras eran masacrados.