Los pecados de los padres trascienden las generaciones, y siempre es una buena idea saber si alguno de tus antepasados ha quemado alguna bruja (o madres de la tierra savia si lo prefieres).
Una mujer americana llega al castillo que su marido ha heredado, y desde entonces todo es cuestión de gatos significativos, dólmenes espeluznantes, sexo súcubo y espejos rotos mientras la maldición de Joaquín se avecina sobre los herederos del castillo.
El castillo aparece varias veces en esta película de Hervé Hachuel, por lo general en la niebla, y el verde campo gallego se ve desde sus almenas.