Después de volver a copiar al Cid al obligar a Fernán González a matar al padre de su novia la Infanta de Navarra, el cortejo fúnebre nos lleva a un curioso viaje, pasando por delante del espectacular castillo de Peñafiel, en la cima de una colina, antes de entrar en la iglesia de Santo Domingo, situada en el centro de la ciudad de Soria, con vistas al Monasterio de San Saturio, en las afueras de la ciudad, antes de entrar en las cuevas de la ermita de San Saturio, dentro del monasterio a orillas del río Duero. Un viaje complicado.
Para complicar aún más las cosas, cuando Fernán es capturado cobardemente por el nuevo rey de Navarra, es encarcelado en “Peñafiel, en el corazón de Navarra”, que se ve mucho más pequeño visto de perfil.