Mientras Maggie Smith y Timothy Bottoms juguetean entre las montañas del centro de España, ella tropieza y es llevada por un ‘Duque’ español en su caballo (interpretado por un auténtico aristócrata español Don Jaime de Mora y Aragón).
La lleva a su castillo, al que llama el Castillo de Aragón, y trata de seducirla con algunos pasatiempos típicos de la nobleza, como el de azotar a los globos.
Desayunan en el interior del castillo, donde un sirviente aparece puntualmente de un agujero en la tierra cada vez que el duque toca el silbato, lo que demuestra que la calidad de la servidumbre está viva en España.
El castillo aparece varias veces antes y después de la reunión con el Duque.
Tim y Maggie deambulan por un mercado, situado en la plaza principal de Pedraza, que antes había sido utilizado como lugar diferente, la primera parada del autobús turístico después de subir en ello Bottoms, y él le compra un vestido, que ella se pondrá para visitar al Duque, provocando de nuevo la rabia de Bottoms.
Tras abandonar Pedraza, el castillo y el duque, ellos encuentran la resignación entre las fuentes del palacio real de La Granja.