Un intento de contar la historia de la juventud de Cervantes en toda España, incluyendo Cartagena y el Mar Menor, Murcia y Dénia.
Las escenas rodadas en Granada (donde todavía era económicamente viable rodar en el suntuoso palacio de la Alhambra), tuvieron lugar en los Jardines del Partal, y representaron a Argelia, donde Cervantes estuvo cautivo.
También encontró tiempo para hacerse amigo de un general árabe, ser torturado, salvarse de ser decapitado por la demanda popular y enamorarse de una sirvienta que moriría declarando su amor eterno por él.
Así son los caprichos del destino.