Castillo de Carlos V
El Castillo de Carlos V se remonta al siglo X, cuando el rey Sancho Abarca de Navarra mandó construir una fortaleza; más tarde fue ampliada por Sancho el Sabio, que probablemente también tuvo un hijo llamado Sancho, pero no tengo paciencia para averiguarlo.
Los Reyes Católicos encargaron el edificio existente y Carlos V ordenó su ampliación, y de ahí su nombre.
En 1794 fue gravemente dañada por las tropas francesas y a principios del siglo XX no era más que una ruina. En 1966 el castillo fue adquirido por el Ayuntamiento para evitar que cayera en manos privadas y en 1968 se construyó el Parador de Turismo en el lugar, aprovechando la mayor parte de la estructura del edificio.
El castillo domina la ciudad, un lugar con una variada plétora de referencias tanto en la historia como en el mito.
El Paraiso Perdido, escrito por Milton, se refiere a ello como parte de la historia de Roldán, chivo expiatorio de Carlomagno.
En 1611 la ciudad fue sacudida por un juicio de brujería cuando un grupo de niños acusó a cuatro mujeres de prácticas como enseñarles a volar con palos de escoba. Los cargos fueron finalmente retirados.
Otra leyenda es la de una versión local de las sirenas, conocida como ‘lamias’.