Richard Lester es uno de los directores que más ha apreciado la atracción de rodar películas en España, y esta versión humorística del clásico de Dumas, aunque pensada como una sola película, finalmente se convirtió en dos, con los consiguientes pleitos de actores descontentos.
El palacio real de Aranjuez, cerca de Madrid, fue un sustituto creíble de Versalles, ya que fue construido en 1722, cuando España se estaba acostumbrando a las costumbres francesas bajo la recién instalada dinastía de los Borbones tras la Guerra de Sucesión española. Otro antiguo favorito, el retiro real de verano, La Granja, Segovia, al noroeste de Madrid, también sirvió de Versalles, y también fue construido por el primer monarca borbónico Felipe V, mientras que el Alcázar de Segovia fue utilizado para la escena de la ‘benévola’ tortura de Charlton Heston a Spike Milligan, interpretando a un personaje cómico notablemente similar a él mismo.